SOCIEDAD DE PESCADORES

 

"RIO GALLO"

Eventos

15.03.2014

V Encuentro Día del Árbol

CARTEL_PLANTA_ARBOL_2014 (201K)

Un año más y son 5 la sociedad de pescadores Rio Gallo celebramos el día 15 de marzo, en colaboración con el Ayuntamiento de Molina y Excma. Diputación Provincial, V Encuentro Día del Árbol. Animaros a cuidar el río, ¡¡¡PLANTA UN ARBOL!!!

La cita es a las 9:30 horas en el puente viejo, desde allí se organizaran los grupos y repartiremos las zonas.

Descargate el cartel en PDF pinchando aquí

11.03.2013

Curso de montaje moscas 2013

Curso Montaje 2013

 ¡¡¡OS ESPERAMOS!!! La semana del 11 al 15 de marzo, organizamos el curso de montaje de artificiales de este año.

 Interesados contactor con nosotros.

02.03.2013

IV Encuentro Día del Árbol

IV Encuentro día del Arbol

Un año más la sociedad de pescadores Rio Gallo celebramos el día 3 de marzo, en colaboración con el Ayuntamiento de Molina, IV Encuentro Día del Árbol. Animaros a cuidar el río, ¡¡¡PLANTA UN ARBOL!!!

La cita es a las 9:30 horas en el puente viejo, desde allí se organizaran los grupos y repartiremos las zonas.

24.03.2012

III Encuentro Día del Árbol

III Encuentro Día del Arbol

Un año más la sociedad de pescadores Rio Gallo celebramos el día 24 de marzo, en colaboración con el Ayuntamiento de Molina y el IES Molina, III Encuentro Día del Árbol. Animaros a cuidar el río, ¡¡¡PLANTA UN ARBOL!!!

La cita es a las 10:00 horas en el puente viejo, desde allí se organizaran los grupos y repartiremos las zonas.

25.03.2011

Curso de montaje moscas 2011

Curso de Montaje 2011

 Un año más gran acogida entre los niños pescadores, con una afluencia incondicional al curso de montaje.

 Nos ha sorprendido a los organizadores, el entusiasmo, interés y formalidad de los asistentes al curso, por ello queremos comprometernos a trasladar todos los conocimientos adquiridos al campo, ajustando el calendario para realizar unas jornadas de lanzado. Estar pendientes de las fechas.

 Desde aquí queremos agradecer a los amigos del museo de Molina su colaboración.

13.03.2011

II Encuentro Día del Árbol

II Encuentro día del Árbol

Celebramos la sociedad de pescadores Rio Gallo el día 13 de marzo, en colaboración con el Ayuntamiento de Molina, II Encuentro Día del Árbol. Se plantaran del orden de un centenar de árboles entre fresnos y sargas arbóreas especies rupícolas autóctonas del río. Esperamos vuestra participación en este evento tan singular entre ribereños.

La cita es a las 10:00 horas en el puente viejo, desde allí se organizaran los grupos y repartiremos las zonas.

I Encuentro Día del Árbol 

Día del Árbol

El pasado 19 de marzo de 2010, día del padre, celebramos la sociedad de pescadores Rio Gallo en colaboración con el Ayuntamiento de Molina, el I Encuentro Día del Árbol. Se plantaron del orden de 150 árboles entre fresnos y sargas arbóreas, especies rupícolas autóctonas del río. La participación supero las perspectivas originales, por ello queremos afianzar en lo sucesivo este evento, invitándoles desde ahora a participar el próximo año. Perpetuando en el tiempo esta magnífica actividad entre padres e hijos.

Niños maestros pescadores

Fotografías de Teo Pérez Berlanga y del autor Manuel Martínez Forega

Es la pubertad una etapa de la vida análoga a una moneda girando sobre sí misma y a la que todos miramos expectantes: ¿De qué lado caerá? Un cara o cruz con los perfiles de sus cuños aún difusos, pero cuya progresiva nitidez dependerá muy mucho de la actitud de sus educadores. Como todos sabemos, se trata de una edad de alto riesgo para la formación y para la educación; llena, hoy, de experiencias alcohólicas precoces, de excesivas horas de televisión, de Internet o de consolas de juegos, y aun de otros riesgos más serios. Prevenirlos no es tarea fácil, pero conocidas sus hipotéticas consecuencias, todo esfuerzo es meritorio y nunca mejor empleado todo el tiempo que en ello se invierta. Una didáctica apropiada (además de otras) es la de la pesca. Estoy seguro; estamos seguros muchos de aquellos padres que, con esta pedagogía, indujimos a nuestros hijos a una práctica en la que es difícil encontrar obstáculos e, incluso éstos, no resultan ser insalvables. Todo aquello que despierta y adiestra la pasión, que hace de la emoción un gozo íntimo y modela los sentidos está ineludiblemente condenado al éxito, y la pesca reúne cuantos factores le son necesarios. Así he podido constatarlo en numerosos ejemplos de amigos, de conocidos, de coincidentes en cuantas geografías he visitado en España y fuera de España. Todo ello constituye una táctica basada en la paciencia, en la perseverancia; se trata de una inducción guiada por esa no tan difícil búsqueda de la armonía entre la razón y el arrebato. Muy sintéticamente expuesta, la cosa comienza con habituarse a los aromas, los sonidos y la comúnmente hermosa fisonomía de nuestros ríos (la convivencia con los lenguajes de la naturaleza no es cuestión baladí cuando queremos educar el espíritu); se sigue con el ejercicio práctico y el trasvase de la experiencia, con el reconocimiento de la fauna piscícola, la captura de la escurridiza y difícil “presa”, observar su vida latente para devolvérsela y dejar constancia de que una de las características que nos define es la clemencia y, en ella implícito, el respeto por la vida, algo que, de paso, da contenido pleno a un elemental sentido de la libertad. Del grado de maduración personal dependerá luego la asunción y desarrollo de las habilidades técnicas y la lectura de los condicionantes del río en una jornada de pesca. Conviene, por otro lado, moderar el exhibicionismo del éxito. Si es legítimo enorgullecerse de los logros personales, su desmesura puede acarrear negativas consecuencias en un ánimo naturalmente depredador. Sabemos que el éxito más inteligente es aquel que se goza interiormente, el que otorga la seguridad de su íntima certeza y no el de la duda de los demás. Se trata por fin de educar en el mejor sentido humanista, pero sabiendo que estamos educando para la vida, que estamos ejerciendo una educación vital para que ese Narciso que todos llevamos dentro se mire y admire en la cristalina fuente de nuestro interior y no en el espejo exterior y pueril donde será antes odiado que envidiado.
Hoy presento aquí, representando a otros muchos similares repartidos por nuestra geografía, cuatro ejemplos palmarios de ese éxito obtenido siguiendo las directrices no escritas (y que nadie escribe) de esa docencia cuyos sintéticos fundamentos vengo citando; los cuatro han alcanzado el grado precoz de maestros en el manejo del cálamo anillado; los cuatro han contrastado su grado discente en concursos y competiciones de su nivel consiguiendo reiteradamente los mayores triunfos. Vidal Carrasco, Rafael Patrón, Guillermo Díez y Alma Villanueva viven en Molina de Aragón y tienen su campo de operaciones en el río Gallo; río, aunque caracterizado por su regularidad, difícil por la fisonomía de sus orillas, por la ingente cantidad de carrizos, zarzas y variados barzales que dificultan los lances sin espanto; difícil porque su lecho es abundante en plantas higrófilas y difícil porque su cauce es generalmente somero. Todo ello plantea un plan de pesca fundado básicamente en la técnica. Tanto con la mosca como con la cucharilla, los lances han de ser extraordinariamente precisos a la vez que discretos, y necesario colocar los engaños en las pequeñas blandas y en los corredores que dejan las berrazas superficiales; es ahí donde encontraremos a las truchas apostadas, pero con un elevado grado de escepticismo, pues no disponen de masas de agua abundantes para protegerse o amagarse transitoriamente. Semejantes accidentes obligan, además, a tener una gran capacidad de reacción ante la picada, a prestar una atención extrema y a adoptar una estrategia de caza casi felina. Se enfrentan, pues, a una dura prueba reservada a duchos pescadores y en la que tiene suma importancia la hábil complementación de todos los recursos intuitivos y técnicos a su alcance.
Pero no tuvimos suerte con la fecha elegida para esta demostración práctica. El Gallo todavía bajaba tomado debido a una reciente tormenta con granizo que apostó por importunarnos. No pintaban bien las cosas. Otro factor negativo se añadía al del agua turbia: Las altas temperaturas; la predicción para ese día era de mucho calor.  Así que decidimos madrugar y pescar por la mañana con la cucharilla (ya veríamos cómo evolucionaría el río y el día). A las 8 ya estábamos en el coto de Ventosa vestidos y listos para la prueba. Como preveíamos, las truchas estaban “paradas”; alguna picada aquí y allá, pero esos ataques mostraban la lógica timidez que imponían las condiciones del río. El imponente cañón de arenisca roja que abre el Gallo en el Barranco de la Hoz daba cierto cuartelillo a la mañana, pero el sol levantaba, la temperatura ascendía y ya se colaban por entre los farallones los rayos golpeando el agua con sus baquetas de luz. Sin embargo, el empeño entusiasta de Vidal, Rafita, Guille y Alma nos contagió; su audacia e insistencia hizo que los siguiéramos a todas partes (y no se quedaba atrás Marta Bruna, quien, con sólo siete años, se sometía al rito iniciático de su aprendizaje observando con atención las evoluciones de sus “maestros” después de haberse dado un madrugón de órdago). Buscaban las sombras, sus desplazamientos seguían las bien aprendidas y ya interiorizadas lecciones hasta que alcanzaron la zona más sombría del coto. Así, pues, pese a los inconvenientes del río y de sus aguas, la perseverancia de “Los Cuatro” dio sus frutos. Alma capturó la primera fario a las 9 de la mañana y las capturas fueron sucediéndose con cierta regularidad. Se adelantó Rafita con tres truchas, le siguió Guille y otra vez Alma; repitieron Guille y Rafita... A Vidal se le resistían; a pesar de las frecuentes picadas que advertía, no lograba tener una trucha en la mano. Por fin se vengó. Próxima la hora que habíamos fijado para abandonar el río (11,30) y tomar un refrigerio, comenzó a “clavar” truchas; hasta cuatro. Los demás seguían con la misma tónica alternando las capturas con las desprendidas. Al final el Gallo, aun en malas condiciones, dio, como es habitual en él, pruebas de su generosidad y contabilizamos en torno a 20 truchas bien repartidas, todas ellas capturadas en la zona alta del coto, a la sombra. La tarde fue más modesta. El calor se presentó, como estaba previsto, y contrastó fielmente las predicciones. La trucha se amagó hasta bien entrada la tarde y, aún así, a esa hora, se mostró de nuevo tímida, retraída, difícil de levantar de su asolamiento.
La jornada, en cualquier caso, mostró suficientes elementos susceptibles de análisis. Los comunes de la climatología, el coyuntural de las condiciones del agua y el permanente de la fisonomía del río. Frente a todos ellos, vimos a cuatro habilísimos pescadores desenvolverse con absoluta autonomía, interpretar con criterio ya experto todos y cada uno de los accidentes e incidentes y abordarlos con garantías sobradas. Cada uno eligió el tramo del coto que más le convino; pero, como si de una voz interior común se tratase, todos terminaron por apresurarse en alcanzar la zona umbría donde la lógica (tantas veces fallida en esto de la pesca) imponía su mejor criterio. Alma, Guille, Rafita y Vidal terminaron por convencernos de la asimilación de los fundamentos docentes, aunque lo más destacado fue el concluyente ejemplo de su independencia al ponerlos en práctica, como quien resuelve correctamente una ecuación con varias incógnitas o traduce fielmente las metáforas de un poema.

Gracias, chicos. Y hasta siempre.
 
manuelforega@ya.com
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